Todo el mundo experimenta estrés de vez en cuando. Las tensiones de la vida pueden variar desde meras molestias cotidianas hasta eventos graves y traumáticos.
En las condiciones adecuadas, los eventos estresantes menores y mayores pueden agravar enfermedades como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), la depresión mayor , las enfermedades cardiovasculares y la diabetes tipo II. Sin embargo, no todas las personas que experimentan un evento estresante (incluso uno traumático) se enfermarán o experimentarán un aumento en los síntomas del TOC .
Incluso en circunstancias extremas como una guerra o un ataque físico violento, la mayoría de las personas no desarrollarán una enfermedad mental o física grave.
Parte de la razón por la cual algunas personas son resilientes frente a circunstancias estresantes parece ser la forma en que lo hacen.
¿Qué está haciendo frente?
Hacer frente se refiere a los pensamientos y acciones que utiliza para lidiar con el estrés. En gran parte, sentirse estresado o no depende de si usted cree que tiene los recursos para enfrentar los desafíos que enfrenta.
Por ejemplo, imagina que tu jefe ha venido a ti con un gran proyecto que debe completarse antes de fin de mes. Si crees que tienes los conocimientos, los recursos y el tiempo necesarios para completar el proyecto, te parecerá mucho menos estresante que si crees que no tienes estas cosas para ti. Mientras creas que puedes sobrellevar con éxito un desafío determinado, incluso las circunstancias más desalentadoras no parecen tan estresantes.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que la percepción de si tienes la capacidad o los recursos para sobrellevar el estrés es subjetiva. Dos personas que, en papel, tienen las mismas habilidades y recursos pueden ver el mismo problema y llegar a conclusiones diferentes. Una persona puede creer que lidiar con el desafío será pan comido (o hasta divertido), mientras que el otro puede sentirse desesperado y deprimido por la situación.
Su capacidad percibida para lidiar con el estrés depende de muchos factores, incluyendo su:
- Estado de ánimo actual
- Nivel de estrés
- Autoestima
- Experiencias anteriores
- Recursos disponibles (como dinero, tiempo y apoyo social )
Cuanto peor sea su estado de ánimo, mayor será su estrés, menor será su autoestima, peores serán sus experiencias pasadas y cuantos menos recursos tenga, más dificultades tendrá para enfrentar el estrés. En otras palabras, cuanto más percibas tu situación como difícil, menos resistente serás.
Estrategias de afrontamiento
La mayoría de las estrategias de afrontamiento se clasifican en una de dos categorías amplias:
- Estrategias de afrontamiento enfocadas en el problema: se usan para abordar el problema directamente. Por ejemplo, si experimenta un dolor o un síntoma inusual, puede programar una cita con su médico o terapeuta en lugar de dejar que las cosas empeoren. Si tuvo un conflicto con un amigo, puede llamarlo y pedirle que se reúna con usted para tomarse un café para hablar de sus diferencias, más bien lo ignorará durante la próxima semana. En ambos casos, estarías tomando medidas para lidiar con la fuente real de tu estrés.
- Estrategias de afrontamiento centradas en la emoción: se utilizan para manejar los sentimientos de angustia, en lugar del problema real. Por ejemplo, si tuvo un próximo examen en una clase difícil, puede echarse en la cama culpándose a sí mismo oa los demás por su desgracia en lugar de estudiar para el examen. Si recibió críticas de un compañero de trabajo, puede llamar al enfermo por el resto de la semana en lugar de hablar con calma sobre el problema con él o ella. En cada caso, estaría actuando para minimizar su angustia emocional , no afectar el problema subyacente.
En general, a las personas les va mejor, tanto psicológica como físicamente, cuando tratan directamente con la fuente de su estrés, en lugar de barrer sus problemas bajo la alfombra. Aunque puede ser difícil y requiere coraje, cuanto más utilice estrategias de afrontamiento centradas en el problema, mejor se sentirá a largo plazo.
La importancia de ser proactivo
Vivir con TOC presenta una serie de desafíos que requieren buenas estrategias de afrontamiento. Es importante ser proactivo. Por ejemplo:
- Si nota que los síntomas empeoran, consulte a su médico o terapeuta. No espere hasta que sus síntomas sean tan graves que no pueda salir de la casa ni ocuparse de las cosas en el trabajo.
- Si siente que su medicamento no está funcionando adecuadamente o que le está causando efectos secundarios, informe a su médico. No deje de tomar su medicamento con la esperanza de que los problemas mejoren por sí solos. Otros medicamentos a menudo están disponibles y pueden ser mejores para usted.
- Si no está seguro de cómo manejar su enfermedad, aprenda todo lo que pueda sobre su enfermedad de fuentes confiables.
- Si se siente incómodo con un tratamiento que está recibiendo, informe a su médico o terapeuta sobre sus inquietudes. No pretendas que todo está bien. Es mucho más probable que se quede con un tratamiento que le guste.
- Si su familia o amigos no se sienten cómodos discutiendo su enfermedad, busque un grupo de apoyo donde pueda obtener ayuda y comparta sus sentimientos. No te aísles del apoyo social vital que necesitas.
La línea de fondo
Tratar con TOC es mucho más fácil cuando se toma un enfoque de solución de problemas a las pruebas de la vida, en lugar de reaccionar emocionalmente. Claro, es aterrador hacerse cargo de su enfermedad, pero los estudios demuestran que hacerlo puede funcionar.
Si la vida le está yendo bien en este momento, este puede ser el momento perfecto para trabajar en la construcción de su resistencia para tiempos difíciles. A veces, incluso esto parecerá difícil, y se preguntará cómo puede realmente cambiar algo que se siente más como su personalidad que la forma en que enfrenta el estrés. El mejor momento para comenzar es hoy.
> Fuentes:
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