¿Puedes pensar en tu camino a una vida libre de estrés? Es posible reducir la cantidad de estrés que siente al tener pensamientos positivos sobre las cosas que suceden en su vida diaria.
La mayoría de nosotros ha hecho que alguien diga "¡piensa en positivo!" o "Mira en el lado bueno". cuando algo no salió bien. Por poco dispuesto y difícil que sea, hay algo de cierto en ello.
El pensamiento positivo puede reducir su nivel de estrés, ayudarlo a sentirse mejor consigo mismo (y con la situación) y mejorar su bienestar general y su perspectiva.
El único problema es que no siempre es fácil ser positivo y algunas circunstancias lo convierten en un desafío más que otros. La buena noticia es que, con un poco de trabajo para cambiar sus pensamientos negativos, puede convertirse en un optimista.
Las actitudes optimistas y pesimistas
La investigación muestra que los beneficios del optimismo y una actitud positiva son enormes. Los optimistas disfrutan de una mejor salud, relaciones más fuertes, son más productivos y experimentan menos estrés, entre otras cosas.
Esto se debe a que los optimistas tienden a correr más riesgos. También culpan a las circunstancias externas si fallan, manteniendo una mentalidad de "intentar de nuevo". Solo eso hace que un optimista tenga más probabilidades de tener éxito en el futuro y menos molesto por el fracaso en general.
Los pesimistas, por otro lado, tienden a culparse a sí mismos cuando las cosas van mal y se vuelven más reacios a volver a intentarlo con cada experiencia negativa en la vida.
Empiezan a ver los eventos positivos en sus vidas como 'tretas' que no tienen nada que ver con ellos y esperan lo peor.
De esta manera, los optimistas y los pesimistas crean profecías autocumplidas.
Su percepción de eventos negativos
Cuando entiendes cómo ambas perspectivas ven las circunstancias, queda claro cómo el optimismo y el diálogo interno positivo pueden afectar tus niveles de estrés, al igual que el pesimismo y el diálogo interno negativo .
- Los eventos negativos son menos estresantes cuando los ve como "no es su culpa" y es menos probable que se repitan.
- De manera similar, los eventos positivos son incluso más dulces cuando los ves como evidencia de más para llegar y verte como el dueño de tu propio destino.
- Además, debido a la diferencia en el comportamiento, aquellos que habitualmente practican el pensamiento positivo tienden a experimentar más éxito, lo que puede agregar una vida menos estresante.
Cómo aprender a ser optimista
¿Cómo puede usar esta información para reducir su nivel de estrés? Afortunadamente, se puede aprender optimismo.
Con la práctica, puede cambiar su diálogo interno (su diálogo interno, lo que se dice a sí mismo sobre lo que está experimentando) y su estilo explicativo (las formas específicas en que los optimistas y los pesimistas procesan sus experiencias). Así es cómo:
- Tome la auto prueba de optimismo. Aprenda si es optimista o pesimista y en qué medida. La razón por la que esto es importante es porque muchos pesimistas piensan que son optimistas; sin embargo, el optimismo se define por criterios específicos. Si sabe dónde se encuentra en el espectro optimismo-pesimismo, tendrá una mejor idea de lo que puede necesitar cambios.
- Intenta ser positivo. Una vez que comprenda su forma actual de ver las cosas, puede hacer un esfuerzo consciente para ver las cosas de manera diferente a medida que le presentan situaciones. Ahora es el momento perfecto para practicar diferentes tipos de diálogo interno positivo y aprender a ser optimista .
- Usa Afirmaciones Positivas. Puede reprogramarse a usted mismo y a su forma de pensar mediante el uso de afirmaciones positivas de forma regular. Esto ayudará a que el pensamiento positivo sea más automático. Con el tiempo, tendrá que pensar menos conscientemente a medida que surja cada nueva situación.
Fuentes:
Peterson, Christopher; Seligman, Martin E .; Vaillant, George E .; El estilo explicativo pesimista es un factor de riesgo para la enfermedad física: un estudio longitudinal de treinta y cinco años. Revista de Personalidad y Psicología Social, Vol 55 (1), Jul, 1988. pp. 23-27.
Peterson, C. (2000). El futuro del optimismo American Psychologist, 55, 44-55.
Solberg Nes, LS, y Segerstrom, SC (2006). Optimismo disposicional y afrontamiento: una revisión metaanalítica. Personality and Social Psychology Review, 10, 235-251.