La palabra rumia se refiere literalmente a la forma en que ciertos animales (como las vacas) comen, almacenando sus alimentos parcialmente digeridos en un estómago especial llamado rumen , para volver a subir más tarde y masticar más a fondo. Sin embargo, cuando hablamos de la rumia en el contexto de los humanos, estamos hablando de la compulsión de reflexionar repetidamente sobre los eventos del pasado.
Cómo se relaciona la rumiación con la depresión
Desafortunadamente, aunque la rumiación ayuda a una vaca a digerir sus alimentos más a fondo, no nos ayuda a digerir nuestros pensamientos más a fondo. En cambio, el constante refrito de nuestros recuerdos sirve para alimentar y prolongar nuestra depresión.
De hecho, la rumia puede contribuir a la depresión de diferentes maneras:
- Las personas que rumian tienen más probabilidades de centrarse en lo negativo, tanto en su recuerdo del pasado como en su percepción de los acontecimientos actuales. También es más probable que imaginen el futuro de una manera negativa. Estos pensamientos negativos, a su vez, afectan nuestras emociones, haciéndonos sentir más deprimidos acerca de nuestras vidas.
- La rumiación afecta nuestra capacidad de resolver problemas porque crea sentimientos negativos, que nublan nuestro juicio. E incluso cuando se nos ocurre una buena solución a un problema, la rumiación puede crear sentimientos de duda que nos impiden llevar a cabo nuestros planes.
- La rumia mina nuestra motivación para tomar las medidas necesarias para mejorar nuestra situación. En otras palabras, podemos saber lo que ayudará a nuestra situación, pero simplemente no tenemos la energía o el deseo de hacer algo al respecto.
- Y, por último, la reflexión puede hacer que nos alejemos de nuestro tan necesitado apoyo de amigos y familiares porque nuestra incapacidad para avanzar desde lo que nos preocupa nos desgasta y frustra.
Cómo evitar la rumia
¿Qué puedes hacer para evitar caer en la trampa de la rumia? Las investigaciones indican que una forma de ayudarse a sí mismo es aprender maneras positivas de distraerse. Las distracciones positivas son actividades que contrarrestan nuestra tendencia a la depresión de retirarse y ser inactivos. Ejemplos de distracciones positivas incluyen actividades como socializar con amigos y salir a correr.
Paradójicamente, sin embargo, también existen ciertas estrategias, que implican hacer que el paciente vaya dentro de sí mismo para examinar sus pensamientos más de cerca, que también se han encontrado útiles.
El entrenamiento de la atención plena y los enfoques basados en la aceptación, que enseñan a los pacientes a notar sus sentimientos y pensamientos sin atribuirles ningún juicio ni involucrarse demasiado en ellos, han demostrado ser útiles para prevenir la rumia.
La terapia cognitiva , que enseña a los pacientes a desafiar la validez de sus pensamientos negativos y reformular sus pensamientos de manera más positiva, también es bastante efectiva contra la rumia y la depresión.
Además, las terapias de resolución de problemas interpersonales y sociales pueden ser útiles. La rumia puede ser la causa y el resultado de los conflictos interpersonales, por lo que mejorar las habilidades sociales de una persona y su capacidad para enfrentar los problemas de relación puede ayudarlo a evitar caer en este ciclo.
Fuente:
Nolen-Hoeksema, Susan, Blair E. Wiseo y Sonja Lyubomirsky. "Repensando la rumia". Perspectives on Psychological Science 3.5 (2008) 400-421.