¿Qué es el trastorno de oposición desafiante?

El trastorno oposicionista desafiante (ODD) es un trastorno psiquiátrico que generalmente surge en la infancia y puede durar hasta la edad adulta.

Síntomas de ODD

Los niños con ODD exhiben conductas que son desafiantes para padres y educadores. Por ejemplo, demuestran agresión y mala conducta intencionada. Por lo general, tienen dificultades para interactuar adecuadamente con sus compañeros y adultos.

La frecuencia y la gravedad de sus problemas de conducta causan dificultades en el hogar y en la escuela. Estos niños a menudo sufren problemas de aprendizaje relacionados con su comportamiento. Ser polémico y desafiante es un problema común en estos niños. Otros síntomas comunes de ODD incluyen:

Los niños con síntomas persistentes y severos posiblemente tengan ODD y deben ser evaluados por un psiquiatra pediátrico. No está claro qué causa ODD. Sin embargo, una combinación de temperamento infantil y respuestas de afrontamiento de los padres puede ser un factor en su desarrollo. Las dificultades en el funcionamiento familiar también pueden contribuir.

Opciones de tratamiento y disciplina

Es importante que la intervención comience tan pronto como sea posible con estos niños.

El tratamiento a menudo implica consejería y terapia. La capacitación de los padres en el manejo del comportamiento puede ser útil. Será importante que el terapeuta del niño trabaje en estrecha colaboración con los padres y maestros para garantizar la eficacia de un programa de tratamiento porque las técnicas de comportamiento que funcionan con la mayoría de los niños pueden ser ineficaces con los niños que tienen TND.

Los niños con ODD a menudo tienen el objetivo de molestar a padres y maestros y se portarán mal para provocar una respuesta negativa. Es especialmente importante establecer reglas claras de expectativas y aplicarlas consistentemente. Tener una rutina puede ayudar a los niños ODD a hacer frente a las actividades en el hogar, como la transición de la cena a la tarea o la hora de acostarse. Por eso, es importante aplicar las reglas y seguir las rutinas de manera consistente y justa.

Proporcione al niño oportunidades para participar en actividades tales como deportes o pasatiempos que le gusten. Reforzar y recompensar comportamientos positivos. Cuando intente cambiar los problemas de comportamiento, primero enfóquese en los problemas de comportamiento más importantes, abordando solo unos pocos a la vez. A medida que vea una mejoría en esos comportamientos, agregue nuevos para enfocarse en la mejora. Establezca consecuencias claras según la edad para la mala conducta, y aplíquelas consistentemente. Dar instrucciones en un lenguaje claro y simple.

Si el niño responde a los sistemas de gestión del comportamiento, use pegatinas, fichas o una tabla de comportamiento para mostrar el progreso hacia las metas de comportamiento. Permita que el niño identifique las recompensas que le gustaría ganar. A medida que el niño demuestra éxito, ofrezca refuerzo, como pasar tiempo en una actividad preferida, elogios verbales, recompensas comestibles o artículos de una caja de premios.

Si el niño tiene la tendencia de hacer lo contrario de lo que usted quiere que haga, evite elogiarlo directamente, lo que podría provocar una mala conducta. Por ejemplo, decir: "Me gusta cómo te estás manteniendo las manos quietas" podría provocar que el niño se vuelva físicamente agresivo. Evite discutir o sermonear al niño, y trate de mantener su propio temperamento bajo control. Evite que el niño lo vea enojarse, ya que esto puede ser gratificante para ella.

Usando un tono de voz práctico sin emoción, simplemente establezca la regla que se rompió y cuáles serán las consecuencias. Sea consistente y evite entrar en una discusión verbal con el niño sobre las consecuencias o lo que sucedió.

Permita que el niño tenga un lugar donde expresar sus frustraciones. Proporcione una almohada para golpear o gritar.

Cuando el niño interactúa con otros, asegúrese de que exista una supervisión adecuada para garantizar que se cumplan las normas y que los adultos lo ayuden a interactuar de forma adecuada. Puede ser útil que el consejero de la escuela trabaje con compañeros para ayudarlos a aprender a responder de forma adecuada a los comportamientos del niño. El entrenamiento formal en habilidades sociales puede ser efectivo para ayudar al niño con ODD a interactuar con sus compañeros y adultos.

¿Pueden los niños recuperarse?

El pronóstico para la recuperación de ODD no está claro. Algunos niños madurarán y los síntomas del trastorno desaparecerán hasta la edad adulta. Otros llevarán el trastorno a la adultez. Satisfacer las necesidades complejas de estos niños requerirá la cooperación de los padres y el personal de la escuela, así como de los profesionales de la salud mental. Un esfuerzo cooperativo y constante en el hogar y la escuela mejorará la probabilidad de un resultado positivo para estos niños, especialmente cuando la intervención comienza a una edad temprana.