6 maneras de decir si tienes un jefe duro o un jefe de intimidación

El bullying en el lugar de trabajo es un problema creciente al que se enfrentan innumerables personas todos los días. Pero a veces las personas confunden el acoso con la dureza. Si trabajas para un jefe que establece metas altas y espera mucho de ti y del resto del equipo, esto no significa que tu jefe te esté intimidando. De hecho, los empleados a menudo asumen automáticamente que los jefes duros son matones.

Pero hay algunas diferencias importantes entre los jefes que intimidan y los jefes que son duros con sus empleados. Aquí hay seis formas de diferenciar entre un jefe duro y un jefe intimidante.

Los duros jefes establecen altos objetivos pero los bravucones exigen resultados inalcanzables

Un jefe duro responsabiliza a sus empleados con pautas estrictas y altas exigencias; pero también le da a sus empleados todas las herramientas que necesitan para tener éxito. Mientras tanto, un jefe de intimidación podría establecer fechas límite poco realistas que seguramente causarán un fracaso. También puede cambiar las pautas causando trabajo extra o retener información necesaria. Él hace estas cosas para ejercer su poder y su control en la situación.

Los duros jefes detienen a todos con altos estándares, pero los matones son los únicos que salen con una sola persona

Un jefe duro es duro para todos. Él no elige a una sola persona, sino que es consecuente con su trato con los demás. Pero los agresores a menudo cuestionan la adecuación de un empleado al menospreciar sus opiniones e ideas.

Estos jefes también pueden cuestionar el compromiso de un empleado con el trabajo y repartir críticas y culpas injustas. Varias características distintivas del comportamiento intimidatorio son los patrones de conducta desleal y la selección de una o dos personas una y otra vez.

Los jefes duros son justos, pero los matones son injustos e irracionales

Un jefe duro no mima a la gente ni tolera excusas, pero también está dispuesto a arremangarse y ayudar a hacer el trabajo.

Además, un jefe duro protege a su equipo de la adversidad dentro de la compañía y los apoya cuando es necesario. Mientras tanto, un jefe de intimidación es injusto y venderá a sus empleados para proteger su propia piel. También podría culpar a otros por los fracasos asumiendo la responsabilidad total de todos los éxitos. También muestra favoritismo entre los empleados y es muy claro acerca de quién tiene desdén. Él puede gritar, jurar e incluso participar en insultos.

Los duros jefes trabajan por el bien de la compañía, pero los bravucones prosperan en el poder

Un jefe duro cultiva el trabajo en equipo y trabaja para mejorar la empresa. Está dispuesto a trabajar igual de duro, y algunas veces incluso más duro, que sus empleados para hacer el trabajo. Pero un jefe intimidante está más interesado en tener el control y tener poder sobre otras personas. Es un líder sediento de poder que prospera al tener control sobre los demás. También se atribuye el mérito de las cosas que no hizo y rara vez reconoce los éxitos de sus empleados.

Los jefes duros son inclusivos pero los matones aíslan y excluyen a las personas

Un jefe duro mantiene a todos sus empleados al mismo nivel pero es inclusivo en el proceso. Como resultado, nadie se siente menos valorado que otro y todos saben que deben esforzarse para tener éxito.

Mientras tanto, un jefe de intimidación a menudo elige a uno o dos trabajadores y los humilla y los reprende frente a los demás. También podría aislarlos excluyéndolos de las reuniones y reuniones sociales. Este tipo de comportamiento socava toda la atmósfera de la oficina y hace que el trabajo en equipo sea casi imposible. En cambio, los empleados se enfocan en permanecer en buenas manos con el jefe intimidante en lugar de concentrarse en el trabajo que tienen entre manos.

Los duros jefes son honestos y dignos de confianza, pero los matones difunden rumores y chismes

Un jefe duro les dice a sus empleados como es. Él no tiene pelos en la lengua, pero es respetuoso en el proceso.

Además, los empleados saben que pueden contar con él para ser honesto en todas las situaciones, incluso cuando la verdad duele. Mientras tanto, un jefe intimidante es manipulador. Controlará las situaciones difundiendo rumores o chismorreando sobre los demás. A menudo enfrenta a un empleado contra otro y fomenta la competencia insalubre. Si se encuentra en una situación en la que su jefe intenta provocarlo en una conversación poco saludable sobre otro empleado, no muerda el anzuelo. Mantenga sus creencias y valores mientras trata de determinar la mejor forma de lidiar con su situación.

Una palabra de la familia

Si crees que tu jefe te está intimidando, este no es un entorno con el que deberías tratar de vivir. Recuerde, tratar con un jefe de intimidación puede ser agotador. En consecuencia, si se siente emocionalmente agotado, deprimido o ansioso, comuníquese de inmediato con su proveedor de atención médica. Además, debe elaborar un plan sobre cómo manejar su situación. Sus opciones incluyen informar el comportamiento intimidatorio de su jefe a los recursos humanos o tratar de encontrar otro trabajo. Pero nunca es una buena idea tratar de vivir con el acoso laboral.